Él es el culpable de que no puedas concentrarte mientras trabajas. También es el causante de tu baja productividad, la falta de creatividad, los bloqueos mentales y la dificultad para mantener el enfoque y la atención en una misma tarea. Te hablamos del estrés laboral, el gran enemigo de millones de emprendedores y profesionales de todo el mundo. ¿La buena noticia? El estrés laboral puede evitarse si uno sabe cómo hacerle frente, y eso es justo lo que vamos a contarte en esta nota.

1. Crea un horario equilibrado: Cuanto más organizado seas, menos estrés laboral sufrirás. Y para esto es fundamental que crees un horario equilibrado donde dejes tiempo para el trabajo sin olvidar que tienes una vida.
Pensá que en el mundo actual de las relaciones digitales es muy fácil sentirse angustiado ante la posibilidad de estar 24 horas al día disponible para tus clientes, así que establecé un horario firme y respétalo, al mismo tiempo que te fijas algunos límites entre trabajo y vida personal.
No trabajes fuera de las horas que te marques, evita la multitarea, establece un día libre de reuniones y ponete pequeñas normas, como por ejemplo, nunca consultar un e-mail fuera de tu espacio de trabajo.

2. Planea descansos regulares: Asegurate de tomar descansos cortos durante el día para despejar tu mente de las tareas pendientes. Cada tanto alejate de tu escritorio, masajea tus hombros y cuello, estirate, caminá unos pasos, preparate un café, ¡lo que sea! Poné pausa cada tanto, te ayudará a relajarte y ser más productivo.

3. Priorizá tareas: Realizá una lista de las tareas del día y ordenalas por importancia: primero los elementos de alta prioridad, después los de prioridad media y después los de baja importancia. Y si tenés algo desagradable que hacer, hacelo en primer lugar: el resto del día será más agradable. Eso sí, no sobrecargues tu día: es mejor poco y bien que mucho y mal.

4. Divide! Menos es más: Muchas veces te habrás preocupado al ver un proyecto grande y concebirlo como “un todo”. Si un proyecto grande te parece abrumador, dividilo en pequeñas partes. Enfocate en un solo paso a la vez en lugar de tomarlo como un todo y te saldrá mejor y mas organizado.

5. Delega responsabilidades: No tenés por qué hacer solo todo el trabajo, a menos que quieras sentirte cansado y estresado. Siempre que sea posible, delegá y dejá que alguien más se ocupe de esas tareas o proyectos. No te “sobre-comprometas” y evita tratar de sobrecargar demasiado un día laboral, porque muchas veces subestimamos cuánto tiempo nos tomarán las cosas y siempre termina siendo más de lo previsto. Definí qué tareas quedan por terminar y, si no es posible terminarlas, delegalas.

6. Movete! No es ningún secreto: el ejercicio físico es un potente calmante del estrés. Así que separa al menos 30 minutos al día para salir a caminar, correr, o para ir al gimnasio y notarás la diferencia. El ejercicio aeróbico no solamente aumenta el ritmo cardíaco, sino que además levanta el ánimo, aumenta la energía, mejora el enfoque y relaja la mente y el cuerpo.